Por Francisco Leyva
El pasado 12 de febrero en Puerto Vallarta Jalisco, 3 mil 689 trabajadores de la educación y presuntamente representantes de los afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, luego de “reformar” los estatutos, “eligieron” de manera unánime a Juan Díaz de la Torre como “legal y legítimo” presidente de ese sindicato para estar al frente los siguientes seis años.
La pregunta que muchos docentes hicieron en voz alta, tras conocer el “show” montado por la dirigencia magisterial encabezada precisamente por el mismo Juan Díaz de la Torre, es ¿qué méritos hizo para que fuera reelecto en el ambicionado cargo?.
Juan Díaz, nos comentaron docentes con años de trabajo frente a grupo y con una calidad moral a toda prueba, no ha hecho nada por el gremio, por el contrario en un afán por seguir al frente del sindicato más grande de América Latina y otrora poderoso, torció los estatutos para perpetuarse en el poder un sexenio más para hacer lo mismo que ha hecho hasta hora: nada, sólo perjudicar al gremio.
Nunca actuó en defensa de los trabajadores de la educación cuando se inició la embestida en su contra, por parte del Gobierno Federal quien impuso una reforma laboral y administrativa que no educativa.
Tampoco ha ordenado la defensa legal de los maestros que se jubilaron y de un plumazo les quitaron los conceptos de carrera magisterial que tanto esfuerzo les costo a muchos, por no decir que la mayoría, ya que se sabe de algunas irregularidades.
Ahora que se está imponiendo el llamado “nuevo modelo educativo” y que se hará efectivo el próximo ciclo escolar, tampoco ha salido a defender a los trabajadores de la educación para que sean capacitados adecuadamente.
Nunca pidió que fuera en orden la llamada evaluación de los maestros, pues la Secretaría de Educación Pública no terminó de “evaluarlos” y sólo a unos cuantos “examinó” y ya tiene encima el denominado nuevo modelo educativo y sus famosos aprendizajes clave.
Acusaron que ni siquiera pone en la mesa la problemática que están generando en la SEP, al recomendar cursos en línea con carácter de optativos y en documentos internos que emite, amenaza y los pone como obligatorios sin un sustento legal, pero Juan Díaz y la dirigencia tano nacional como seccionales “calladitos”.
Indicaron los quejosos. “quisiéramos saber qué criterios utilizaron los que votaron porque se quedara en el máximo puesto sindical” o como dicen los periodistas “los maiciaron”, pues dinero tiene y de sobra con eso de que la misma SEP es su recaudadora de cuotas que indebidamente les quita a los trabajadores de la educación el 1 por ciento de su salario a cambio de nada, si de nada, indicaron.
Algunos ex líderes de ese sindicato nos comentaron que con tal de seguir manejando discrecionalmente los millones de pesos que le entrega la SEP, no protesta ni dice nada Juan Díaz de la Torre y todos los que son afines a sus acciones. “No dudamos que estando en ese cargo se llene los bolsillos de dinero como ya saben quién”.
Rechazaron tajantes los trabajadores de la educación consultados que estén añorando el regreso de Elba Esther Gordillo, por el contrario de acuerdo a los supuestos avances democráticos de nuestro país, se debería acabar con esa filiación forzosa. “No hay libertad de filiación: Todo aquel que ingresa a la SEP sea por oposición o no, de inmediato es víctima de los descuentos que hace la misma SEP en su función de recaudadora de cuotas sindicales y que entrega al SNTE, sin más ni más”.
“Que sea libre la afiliación y que sea voluntaria la cuota. Cuántos dirigentes se quedarían”, concluyeron.
Y no les falta razón. Es tiempo de que se acaben esas prácticas, pero también es cierto que mientras no despierten los trabajadores de la educación, seguirán siendo objeto de las ambiciones de personajes sin méritos reales, honestos y congruentes. (continuará)